
De espaldas a todo
La primera vez que tuve que entregar un trabajo de clase en la Universidad de Oslo, hace ya más de un año, el sistema informático me obligó a enfrentarme con un formulario de una sola página –creo que el único tipo de formulario que he rellenado en 18 meses– en el que se me pedía que consignara el título y autor (yo, era de esperar), así como la fecha de entrega. A continuación, un breve párrafo decia, más o menos, que yo, el abajo firmante, por la presente declaraba que el trabajo en cuestión había sido elaborado por el autor atendiendo escrupulosamente a las reglas académicas de citas, referencias y demás fuentes, con una referencia a la «cortesía académica»; y se me ofrecía incluso un espacio para, si procedía, consignar aquellas personas no citadas en el trabajo y que hubieran podido colaborar (compañeros, grupos de trabajo, etc.). Continúa leyendo “De espaldas a todo”