El día del golpe

El día del golpe

Nunca en diez años había estado cuatro meses enteros sin escribir. Las razones son varias, ninguna determinante, y la falta de tiempo sería más bien una excusa. En estos cuatro meses desde la caída del Gobierno –de la que tampoco quise seguir escribiendo, exhausto tras tantos años exigiéndola– han pasado muchas cosas sobre las que merecía la pena escribir, para bien y para mal. Pero la calidad del debate público ha caído en picado, tras mucho tiempo a la baja, para convertirse en una sombra de lo que debería ser la contienda política en una democracia moderna. Y para eso, mejor guardar la ropa que echarse a nadar. Por eso no escribo. Continúa leyendo «El día del golpe»

155 razones

155 razones

«La Unión Europea no tiene una policía que tenga que ejecutar las decisiones judiciales. No es necesario. Cuando el Tribunal de Justicia dicta una sentencia, se aplica y punto». Estas palabras de Antonio Tajani el pasado viernes en Oviedo, donde mi tierra entregó orgullosa sus premios Princesa de Asturias, siguen resonando. Las pronunció en español, con mucha contundencia y sin el más mínimo atisbo de duda. El Teatro Campoamor, poco dado a ponerse de pie si no es para el rey Felipe, terminó ovacionando al Presidente del Parlamento Europeo, que representa a quinientos cincuenta millones de personas. Continúa leyendo «155 razones»

Lo siento, señor Puigdemont. La democracia no va a hincar la rodilla, le guste o no

Lo siento, señor Puigdemont. La democracia no va a hincar la rodilla, le guste o no

Respuesta al artículo de Carles Puigdemont en The Washington Post, titulado Sorry, Spain. Catalonia is voting on independence whether you like it or not. Este artículo está escrito en inglés en su versión original. Gracias a Christian Caryl, director de opinión de The Washington Post, por su felicitación y su interés.

La democracia es el gobierno de los que son más con el debido respeto a los que son menos. Ambas caras de la moneda son indispensables y ninguna puede romper la otra. El gobierno de los más, llamado mayoría, está garantizado por las reglas del juego: el conjunto de acuerdos que la comunidad política, en su momento fundacional, ha acordado. Y el debido respeto a los menos, llamado derechos, está también garantizado en ese conjunto de reglas, porque si la mayoría hiciera siempre lo correcto, y su voluntad fuera siempre soberana, no haría falta tener ninguna otra regla. Continúa leyendo «Lo siento, señor Puigdemont. La democracia no va a hincar la rodilla, le guste o no»