
Podemos, primer acto: cuarenta días de desengaño
Levantar expectativas es tremendamente peligroso cuando no se saben gestionar. Grandes mensajes, aventuradas propuestas y, especialmente, la creación de ilusiones alrededor de un proyecto político pueden costar demasiado caro si se fracasa en su gestión. Es muy difícil controlar emociones y por eso emplearlas es una apuesta arriesgada. Por eso existen técnicas discursivas y de comunicación para, precisamente, rebajar expectativas y tratar de controlar determinados torrentes de entusiasmo. Por ejemplo, la última vez que se le fue de las manos al señor Presidente, directamente se acercó al corrillo de periodistas más cercano a soltar, literalmente, “rebajen sus expectativas”. Un poco burdo, pero esa es la idea. Lástima que sólo se haya leído el título del epígrafe del manual, y no haya entrado a ver las técnicas. Supongo que, comparado con el Marca, era demasiado denso. Continúa leyendo «Podemos, primer acto: cuarenta días de desengaño»