Crónica de nuestro fracaso, prólogo de nuestro éxito

Crónica de nuestro fracaso, prólogo de nuestro éxito

I

Esto no es una entrada, sino una mezcla de disculpa, de sentimientos, de esperanza y de ilusión. Y sólo cabe hoy. Es por eso que la publico, y pido perdón y paciencia. Es muy larga, pero no le sobran palabras, lo prometo. Hacen falta muchas.

He repetido muchas veces por qué el 1 de octubre no vale. Es una trampa, una descomunal en la escala de trampas que empieza en coger más billetes de los que te tocan en el Monopoly o sumar mal a propósito jugando a la escoba, pero una trampa al fin y al cabo. Una trampa que se ha hecho a través de trampas y que se pretende culminar con la mayor de las trampas: la de sustituir la voluntad democrática de la mayoría de ciudadanos por la voluntad de una minoría con poder para imponer sus deseos.

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A Antonio Navalón, de un Millennial

A Antonio Navalón, de un Millennial

Publica usted hoy en El País un artículo de los que se queda uno a gusto después de escribirlos. Le imagino reclinándose en su silla tras terminarlo, con un resoplido de alivio tras haber desahogado su frustración con esta generación, la mía, de irresponsables, incívicos, sordos y carentes de futuro. No me cabe duda de que le quita el sueño por las noches el pensar en nuestra grave situación, incapaces de alcanzar los éxitos que su generación, que hoy gobierna, nos deja a nosotros y a la historia. Qué harán estos inútiles, pensará usted, perdidos en Twitter y en Instagram, incapaces de procurarse nada por sí mismos y que, para colmo, votan de vez en cuando y su voto atolondrado vale lo mismo que el mío.

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De espaldas a todo

De espaldas a todo

La primera vez que tuve que entregar un trabajo de clase en la Universidad de Oslo, hace ya más de un año, el sistema informático me obligó a enfrentarme con un formulario de una sola página –creo que el único tipo de formulario que he rellenado en 18 meses– en el que se me pedía que consignara el título y autor (yo, era de esperar), así como la fecha de entrega. A continuación, un breve párrafo decia, más o menos, que yo, el abajo firmante, por la presente declaraba que el trabajo en cuestión había sido elaborado por el autor atendiendo escrupulosamente a las reglas académicas de citas, referencias y demás fuentes, con una referencia a la «cortesía académica»; y se me ofrecía incluso un espacio para, si procedía, consignar aquellas personas no citadas en el trabajo y que hubieran podido colaborar (compañeros, grupos de trabajo, etc.). Continúa leyendo «De espaldas a todo»

Freedom

Freedom

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Facebook will not delete the picture heading this post, eventhough it is contrary to its Terms of Use. A few days ago it did so with the picture which passed into History as the icon of the failure of the United States in the Vietnam War. World’s biggest social network erased a post from Norway’s main newspaper, Aftenpoften, which had this photo as an example of pictures which had changed our conception of war. The next morning, the editor-in-chief put the picture into the newspaper’s printed front page with a white, big «Dear Mark Zuckerberg» printed on a facebook-blue background, and flooded Oslo with it. The Prime Minister Solberg and the rest of the politicians went further and, together, they published the picture in their personal profiles; Facebook also deleted those posts but, under the pressure of the international media, it gave in and backed down. Continúa leyendo «Freedom»

Libertad

Libertad

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Facebook no eliminará la imagen de este post, aunque viola sus Términos de Uso. Hace pocos días, sí lo hizo con una foto que pasó a la Historia como el icono del fracaso de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam. La red social más grande del mundo eliminó una publicación del primer periódico de Noruega, el Aftenpoften, que llevaba esa foto como un ejemplo de imágenes que han cambiado la concepción que tenemos de la guerra. A la mañana siguiente, el redactor jefe llevó a la primera plana del periódico la foto y las grandes palabras blancas «Dear Mark Zuckerberg» sobreimpresas en fondo azul-facebook, e inundó Oslo con ellas. La primera ministra Solberg y el resto de la clase política fueron más lejos y, juntos, publicaron en sus propios perfiles la imagen tomada; Facebook también eliminó esas publicaciones hasta que, ante la presión de los medios internacionales, cedió y rectificó. Continúa leyendo «Libertad»